¿Qué tienen en común las margaritas y los lagartos? Pues nada, pero me gustan. Y como me gustan un montón de cosillas más, que no tienen nada que ver las unas con las otras pero que me producen pequeñas felicidades cotidianas, he decidido crear este "cajón desastre" donde encontrar de todo un poco, quizás sin orden, quizás sin lógica, pero al fin y al cabo así soy yo.





jueves, 6 de octubre de 2011

Perderse en Monte Perdido

Parar. Tomarse tiempo para respirar. No pensar. Observar, y no tan sólo ver. Sentir, y no tan sólo notar. Olvidarse de sí mismo y de los demás. Borrar las prisas y el día a día. Fundirse con el viento, con la luz y el sol.


Abrir la ventana del Parador de Bielsa a primera hora de la mañana es encontrarse con un regalo de la naturaleza. Altivo e iluminado por la luz del sol nos mira el Monte Perdido desde su altura de 3.355 m. El día está claro, muy limpio, y los colores parecen pintados como en un lienzo. El azul del cielo es, simplemente azul, en una única tonalidad, sin matices y el verde de las hayas empieza a tornarse amarillo  pero el verano está alargando y los colores de otoño se resisten a aparecer.


La subida a la cascada del Cinca parecía más accesible desde el Parador pero la subida es pronunciada y constante y no estoy segura que realmente valga la pena pero seguimos subiendo, el calor aprieta aunque estemos ya en octubre.

Dicen que la naturaleza puede transmitir su energía y su fuerza al fundirse con ella, y la miré cara a cara y la abracé y me llevé una parte de su aliento.




Poco después de 2 horas llegamos a la base de la cascada que cae desde el Balcón de Pineta y, sí, valió la pena! Naturaleza en estado puro. Intento atrapar aquellos instantes, aquella sensación de bienestar y de paz. Desde lo alto de una roca observo y siento el momento. Cierro los ojos envasando en mi mente todo cuanto me rodea: el rumor del agua cayendo, la brisa del aire en la cara, el frescor de la roca en mis manos; luego abro los ojos y me llevo también la imagen del río precipitándose desde lo más alto, y como si pudiera embotellar todas aquellas sensaciones, me las llevo conmigo junto con una piedra robada al lecho del río. Yo, a cambio, le regalo un beso al beber de su agua, un grito y mi recuerdo.


Generosa, la noche nos trajo consigo otro regalo y al mirar hacia el cielo negro y raso, millones de puntos blancos aparecieron salpicándolo entero. Era difícil dejar de mirarlo fascinados por su inmensidad. Aproveché para hacer aquella foto que siempre quise hacer con el giro de la tierra y la estela de las estrellas alrededor de la estrella Polar.



De vuelta a casa me llevo una grata sensación de relax, una buena dosis de agujetas y el recuerdo de una vaca que se enfadó un poquito conmigo.


viernes, 25 de marzo de 2011

Anuncios clasificados: una historia personal

“Solteros, separados, viudos…, si estás solo y quieres conocer gente interesante, llama al teléfono…”

No era más que una hoja arrancada de un periódico, sección Anuncios clasificados, apartado Grupos y peñas, pero iba recorriendo todos los rincones de mi casa provocándome y reclamando mi atención con aquel círculo rojo que lo resaltaba. Igual reposaba en la mesa del comedor, como aparecía despistada en la mesita de noche, o se colaba en la cocina aguardando sobre el micoondas o, incluso alguna vez, la encontré escondida en el baño. Me llamaba, y yo la miraba de reojo sin atreverme a encararme directamente con ella, pero ella insistía. Día a día estaba allí, esperando, paciente.

Un día…

…llamé.

Y allí estábamos todos como si de una boda se tratara en una película típica de Almodóvar reunidos ante una gran mesa en un cutre restaurante. Gente diversa, curiosa y variopinta, desconocidos luciendo con esfuerzo la mejor de nuestras sonrisas, mal disimulando el nerviosismo y mostrando nuestra cara más amable a cambio de un puñado de compañía. Cada uno de nosotros arrastrando su historia particular, cada uno con su propio anuncio a cuestas: Barbie madurita busca Ken con canas, soltero resultón  busca resultona, separada timidilla busca quien le de guerra…


Y así, entre los desafinos del karaoke y el bacalao de la disco se mezclaron sentimientos y emociones distorsionadas que me llevó a la sección de videntes “Tu futuro , tu suerte, el amor… ven y conocerás tu destino. Está al alcance de tu mano”  Sí, y fue mi mano la que al reposar en su pierna y sentir aquel leve contacto la que prendió la mecha y una corriente electrizante subió por mi espalda hasta explosionar en mi cabeza llevándome a la sección de contactos “treinteañera con experiencia oxidada quiere practicar de nuevo”

Y así, un martes y 13, sellamos nuestro pacto en la sección de permutas “Cambio reloj Fashion última moda por un beso de amor”. Hubieron más relojes. También más besos.


viernes, 18 de marzo de 2011

No somos Dioses

Muchas veces el ser humano comete el error de creerse con más poder que los mismos Dioses, reyes del mundo y de todas sus especies, todopoderoso maneja los hilos del futuro de nuestro hogar, de nuestra Tierra. Y el planeta resiste, aguanta estoicamente sus envites, sus expolios, su maltrato, soporta sus ansias de poder y de ambición desmesurada de control sobre todos los recursos, sobre todos los elementos. Arrogante y vanidoso se cree con la autoridad de manejar a cada una de las especies con las que comparte medio, se cree con la capacidad de decidir el presente y el futuro de cada una de ellas, se cree un ser superior con licencia de actos ilimitada y sin censura.

Y el planeta aguanta, pero se queja.

Y cuando el planeta se queja, cuando ruge nuestro mundo, nos damos cuenta de lo vulnerables y de lo ridículamente pequeños que somos. La tierra tiembla bajo nuestros pies, los mares se alteran, el agua inunda ciudades, los volcanes entran en erupción, los ciclones se suceden, el hielo antártico se funde… la tierra se queja, y parece que nadie la escuche.  Pero con sus quejas arrastra miles de vidas, y quizás es su manera de llamar nuestra atención, de pedirnos un poquito menos de orgullo de raza superior y un poquito más de humildad para cuidar el único Hogar que tenemos.

lunes, 28 de febrero de 2011

¿Somos raros?

La inercia de la rutina nos arrastra, nos lleva, sin darnos cuenta, a empujones por caminos que nosotros no hemos escogido y, sencillamente, nos dejamos llevar convencidos que aquello es lo políticamente correcto porque es lo que hace la mayoría. Pero, algunas veces, un buen día frenamos en seco y ya no estamos tan seguros de querer seguir por el mismo camino que llevan todos los que nos rodean, pero nos da miedo salirnos de la "norma", nos da miedo convertirnos en "los raros" y la decisión es tan sólo nuestra. Vale la pena de tanto en tanto pararse a mirar de donde venimos, y sobre todo a decidir a dónde queremos ir. Quizás a esto se le pueda llamar "crisis", quizás sí, pero yo creo que vale la pena cualquier intento de cambio si con ello ganamos en felicidad, al fin y al cabo eso es evolucionar, no?

Vidas pequeñas


Día a día, muchas personas, viven sus vidas pequeñas. Pequeñas, porque ellos mismos las han empequeñecido. Pequeñas porque a veces las han escondido de las miradas del resto de la gente. Pequeñas porque no sintieron la necesidad de "mostrarlas" celosos de su intimidad. Pequeñas porque comparadas con las "grandes" vidas abiertas de los demás las suyan parecían simples y comunes. Todo es un espejismo. Si nos parásemos a contemplar esas "grandes" vidas de aquellos que presumen tanto, de esos que parecen tan felices, de toda esa gente tan competente e interesante, si nos detuviéramos a observar sus reacciones, sus emociones, sus movimientos, si "rascásemos" un poco su falsa corteza descubriríamos la verdadera esencia de sus vidas, descubriríamos que, la mayoría de veces, nada es lo que parece. Todo se limita a "vender" una imagen, con una bonita fachada adecuada a las circunstancias, al momento, a la posición social, a lo que la gente espera,... pero una fachada al fin y al cabo. Y, entonces, ¿quién es el que tiene realmente una vida pequeña?

domingo, 20 de febrero de 2011

Azul


Camina,
sin pensar dónde te lleven tus pies,
siente,
la brisa salada en tu rostro,
dibuja,
tus huellas en la arena mojada,
escucha,
el rumor hipnótico de las olas,
vacía,
tu mente de absurdos pensamientos,
disfruta,
de la belleza del azul.

Inspira paz,
cierra los ojos,
vuela,
saborea sal,
acaricia felicidad.
No busques más.
¡Está ahí!

¡Tan poco necesitamos
y tanto exigimos a veces!

viernes, 18 de febrero de 2011

Propósitos

La verdad es que cuesta sonreír en la cinta del gimnasio, pim, pam, pim, pam, un paso otro paso, un paso otro paso, más rápido, pim, pam, pim, pam, subir velocidad, trotar, trotar y trotar, un poco más... no puedo más! Uf! Qué cansado es intentar estar en forma. Este año (como cada año) decidí ponerme en forma, dejar de fumar y aprender inglés (sí, ya sé que es poco original), pero alguna vez tiene que ser la definitiva, digo yo. De momento el inglés lo tengo un tanto aparcado (no vamos bien!), el tabaco también lo tengo aparcado, pero aparcado en el cajón (ahí sí vamos bien!), 1 mes, 11 días y unas cuantas horas sin humo y, en cuanto a ponerme en forma... estoy en ello, pero es agotador! Es cierto que pretender después de veintitantos años de sedentarismo, subirse a una cinta y correr media horita sin más sin sacar el hígado por la boca, es como misión imposible, pero no deja de producirme un cierto bochorno que a los dos minutos ya esté pensando en encontrar alguna excusa para abandonar. En la pared frontal del gimnasio hay dos frases muy oportunamente colgadas en la pared, grandes, muy grandes, que dicen "la constancia es la clave del éxito" y "todo esfuerzo tiene su recompensa", ¿cuántas veces se pueden llegar a leer estos mensajes en media hora? muchas, muchas, muchas... tantas como tentaciones de abandono se van cruzando por mi cabeza y por mis piernas. Y así, entre lectura, lucha interior, búsqueda de oxígeno, recuento de minutos, paseos y trotes, llego tres veces por semana al minuto 30 y, me sonrío al bajar de la cinta, pensando que quizás el próximo día esa media horita se hará más corta.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Dar gracias

Para sonreir es importante sentirse bien, y para sentirse bien es fundamental no tener carencias, y cuando hablo de carencias me estoy refiriendo a cualquier tipo de necesidad, desde afectiva, económica, laboral o académica. Cada necesidad implica una ansiedad y cada carencia implica un sentimiento de frustración, sobre todo cuando no sólo nos implica a nosotros mismos sino que abarca a lo que mas nos duele, a nuestros seres queridos. Hoy en día, miremos donde miremos, encontramos muestras de estas penurias, todos conocemos a alguien que las sufre y, aunque muchas veces queramos ayudar, tampoco sabemos muy bien como hacerlo, otras veces escondemos la cabeza fingiendo no ver la evidencia, es más fácil mirar a otro lado e ignorar la realidad, pero es inevitable no sentir ese sentimiento de angustia en nuestra conciencia. Cada día doy gracias, no sé si a Dios o a quién corresponda, pero siento esa necesidad de agradecerle a la vida todo aquello que me ha dado, porque sé que todo es efímero y que esta vida igual que te lo da, te lo puede quitar todo, y no somos conscientes de ello hasta que es demasiado tarde. Me siento afortunada, y eso no es poco en los tiempos que corren, pero este sentimiento me provoca un cierto temor, miedo a que esta verdad sólo sea una verdad pasajera, un espejismo, y, mientras tanto, no puedo evitar vivir mi día a día con un cierto pudor, porque no logro no sentir una punzada de culpabilidad por sentirme bien, cuando a mi alrededor la realidad es otra. La vida es injusta muchas veces, sí, pero otras muchas, vivir es una experiencia maravillosa. Por ello no me canso de dar gracias.

martes, 15 de febrero de 2011

La vida es un espejo



"Cada uno da lo que recibe
y luego recibe lo que da,
nada es más simple,
no hay otra norma:
nada se pierde,
todo se transforma" 
                                        Jorge Drexler



LA VIDA ES COMO UN ESPEJO,
TE SONRÍE SI LA MIRAS SONRIENDO.