Es increible cómo un determinado olor te lleva automáticamente hacia aquellos recuerdos escondidos en el fondo de nosotros mismos. Eso me pasa a mi con el olor a natillas. Me hace retroceder en el tiempo.... muchos años, hasta la cocina de mi madre cuando ella me las preparaba a mi. Creo que en la mayoría de las casa de entonces (unos 40 años atrás) cuando Danone no había inventado las Danet, se preparaban natillas caseras. Y las casas se llenaban de aromas de canela y limón. Así que vamos a recuperar esos olores y esos sabores que persisten a lo largo del tiempo.
INGREDIENTES
1 litro de leche
6 yemas de huevo
200 gr. azúcar
2 cucharadas de maicena
1 rama de canela
Piel de limón (la parte amarilla)
Azúcar vainillado
ELABORACIÓN
Mezclar las yemas con un vaso de leche y la maicena.
En un cazo poner el resto de la leche al fuego junto con la rama de canela, un poco de piel de limón y el azúcar. Yo le añado también una cucharada de azúcar vainillado. Ir removiendo para deshacer el azúcar. Cuando hierva bajar el fuego y dejarlo unos minutos al mínimo para que la leche coja los sabores.
Retirar la canela y el limón. Añadir, removiendo a la vez, el vaso con las yemas y la maicena hasta que espese.
Mucha gente también le añade una galleta María, pero yo prefiero comérmela tal cual. Así que cada uno como quiera. A disfrutar de la tradición!
Besazos a tod@s y... en especial a ti.