CAPRI (marzo 2014)
Si ayer nos paseábamos por la historia por las calles de Pompeya hoy toca viajar al glamour de los años 60. Nos vamos a Capri.
Desde el puerto de Nápoles cogemos un transbordador hacia la isla de Capri. El viaje dura una hora aproximadamente.
Capri es una isla pequeña, de pueblecillos con callejuelas estrechas y aguas cristalinas. Como es marzo, y el agua está un poco fresquita, nos saltaremos cualquier actividad relativa con remojarse aunque sea solo un poco. Así que nos centramos en recorrer básicamente la ciudad de Capri.
El barco nos deja en Marina Grande. Desde allí hay que subir hasta la ciudad (pueblecito) de Capri por una carreterita super-estrecha y empinada. Cogemos un mini-autobus adaptado a la mini-carretera que nos lleva hasta la Piazzeta, conduciendo como si la carretera fuera una autopista de cinco carriles y llevara un camión de ganado y sin el más mínimo miramiento en frenadas y arrancadas. Llegamos a la Piazzeta. Está en el centro de Capri y desde allí parte un amasijo de callejuelas.
Desde el puerto de Nápoles cogemos un transbordador hacia la isla de Capri. El viaje dura una hora aproximadamente.
Capri es una isla pequeña, de pueblecillos con callejuelas estrechas y aguas cristalinas. Como es marzo, y el agua está un poco fresquita, nos saltaremos cualquier actividad relativa con remojarse aunque sea solo un poco. Así que nos centramos en recorrer básicamente la ciudad de Capri.
Marina Grande |
La Piazzeta |
Las callejuelas eran bonitas, empedradas, blancas... pero a la que te descuidabas se te acababa Capri y te habías salido del pueblo :)
callejuelas de Capri |
Cogimos otro autobús hacia Marina Piccola para ir hasta la pequeña playa que hay. El agua, realmente espectacular, verde azulada y preciosa. Lástima que fuera marzo! Un poco fría para un bañito.
Marina piccola |
Hasta las gaviotas son glamurosas en Capri ;)
Gaviotas |
En resumen, Capri tiene mucha fama y mucho glamour (un poco caducado) pero es más la fama, que lo que realmente nos hemos encontrado. Los precios excesivamente caros no se corresponden a lo que actualmente es la isla. Los paisajes son preciosos aunque al ser invierno no se pueden disfrutar al cien por cien y la isla en sí, me ha producido una sensación de claustrofobia debido a sus estrecheces y poco espacio abierto, por lo que en verano y llena de gente tiene que ser un poco agobiante.
Vale la pena la visita? Si. Repetiría? No
Ciao da Capri!