¿Qué tienen en común las margaritas y los lagartos? Pues nada, pero me gustan. Y como me gustan un montón de cosillas más, que no tienen nada que ver las unas con las otras pero que me producen pequeñas felicidades cotidianas, he decidido crear este "cajón desastre" donde encontrar de todo un poco, quizás sin orden, quizás sin lógica, pero al fin y al cabo así soy yo.





miércoles, 4 de abril de 2012

MARRUECOS (SUR Y DESIERTO) - Día 5: Hotel Tombouctou - Gargantas del Toldrá

4 abril 2012

El hotel Kasbah Tombouctou es un precioso hotel que se encuentra a las puertas del desierto. Nos levantamos, desayunamos y saludamos a unos dromedarios "aparcados" en las afueras del hotel. Luego Ahmed nos recoge en el todoterreno para empezar la ruta.

Hotel Kasbah Tombouctou

Jardines del Hotel

Exteriores del Hotel

Huéspedes del Hotel ;)

Pasamos por varios pueblos en los que había mercado. Las mujeres totalmente cubiertas de negro hablan y compran, mientras llevan de la mano a sus niños. Solamente algunas descubren parte de su cara.

Mercado y mujeres árabes

Mujeres charlando

Esta mañana vamos a ver al tío de Ahmed, nómada del desierto. Es gente que no está acostumbrada a recibir visitas. Viven permanentemente en una haima en medio de la nada, con frío en invierno y calor insoportable en verano. Cuesta creer que alguien pueda vivir así permanentemente, pero ellos no quieren ir a una casa y están acostumbrados a vivir en esta libertad. Dos de sus hijos mayores viven allí también con sus niños, 3 en total. No van a la escuela, son pequeños aun, pero no saben como van a ir cuando tengan la edad. No tienen prácticamente nada. Viven de las cabras y de sus hijos que trabajan en la mina. La cocina es un horno de barro para hacer pan y un fuego a tierra. Aun así nos ofrecen pan cocinado por ellos mismos con aceite y té a la menta. El pan y el té están muy buenos pero el aceite es muy fuerte.

Haima en medio de la nada


Desde la haima

Sirviendo té para nosotros

Té y pan casero

Las 4 cabritas

Viven juntos y duermen juntos, menos un hijo que tiene una choza aislada. Una cabañita pequeña hace de habitación para la ducha, en cambio el wc... el desierto. Increíble. Sin palabras.

Cabañita de ducha

Cocina

Ahí sí repartimos juguetes sin problemas, las niñas nos lo agradecen con sonrisas y la mayor, Hafida, de unos 5 años me pide el reloj de plástico que llevo, dudo porque no estoy segura de lo que quiere, pero sí, lo quiere porque es blanco y rosa y le gusta. La otra pequeña de unos 3 años, Aisha, se mantiene un poco alejada pero acepta los regalos, el pequeño de poco más de 1 año está en los brazos de su madre.

Cuando nos vamos le doy el reloj a Hafida y ella lo guarda como un trofeo, enseguida aparece un niño más mayor, su primo creo, y se lo quiere quitar pero ella lo guarda con fuerza. La vida desde otra dimensión. Cuesta asimilarlo.

Familia de Ahmed

Hafida, guapísima.

Aisha y su mirada intensa

Dejamos a la familia de Ahmed y nos dirigimos hacia Tinerhir, un pueblo con sus casas camufladas en el paisaje rojizo rodeadas de palmerales de un verde intenso. Colores con contrastes intensos.

Tinerhir camuflada en el paisaje

Contrastes de colores en Tinerhir

Poco después llegamos a las gargantas del Toldrá con sus paredes impresionantes de altura y el paraíso de los escaladores. Impresiona su belleza e inmensidad.

Gargantas del Toldrá

Paso en la garganta de Toldrá

Hoy llegamos pronto al hotel, descansamos y me pongo al día en el diario. Se agradece también un poquito de relax.




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